Daño Cerebral

 
 
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¿Qué es el daño cerebral adquirido (DCA)?

El daño cerebral adquirido como una “lesión que se produce en las estructuras cerebrales de forma súbita en personas que, habiendo nacido sin ningún tipo de daño en el cerebro, sufren en un momento posterior de su vida, lesiones en el mismo como consecuencia de un accidente o una enfermedad” (1). Debido a ello, las personas afectadas presentan déficits y discapacidades que comprometen el adecuado funcionamiento independiente en la sociedad y en su recorrido vital. Pueden presentar déficits físicos como dificultades en la marcha, en la motricidad fina, problemas deglutorios, etc., y problemas cognitivos como alteraciones de la memoria, de la atención, planificación, conducta o de la comunicación y alteraciones emocionales (1-3).


¿Qué provoca el DCA?

EL DCA está provocado por accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, tumores, encefalitis o anoxia entre otras causas, explicadas posteriormente.

El accidente cerebrovascular (ACV) o denominado también ICTUS es una alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una o varias zonas del cerebro que aparecen como consecuencia de un trastorno circulatorio cerebral. Existen dos grandes tipos: isquémico y hemorrágico (5-8). Los isquémicos suponen entre el 80-85% de los casos y se producen con la obstrucción de una arteria cerebral. Los de tipo hemorrágico se producen por la rotura de una arteria. (6-8).

El traumatismo craneoencefálico (TCE) es una alteración cerebral producida por una fuerza externa generando una disminución o afectación del estado de conciencia, que conlleva una alteración de las habilidades cognitivas y/o del funcionamiento físico. Estos pueden estar provocados por fuerzas dinámicas (movimiento) o estáticas, y pueden ser de tres tipos (7,9):

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•TCE leves. Su recuperación es completa en los días o semanas posteriores.

• TCE moderado. Se considera de este tipo cuando la pérdida de conocimiento es mayor a 30 minutos sin sobrepasar las 24 horas.

• TCE grave. Supone una pérdida de conocimiento mayor a un día y/o un periodo de amnesia post-traumática mayor de una semana.

Los tumores es otra causa de daño cerebral. Se considera tumor cualquier masa o bulto generado por un aumento en el número de células que lo componen, independientemente de su carácter benigno o maligno, ya que provocará síntomas de compresión y desplazamiento de estructuras cerebrales (6-8).

Por otro lado, las encefalitis, son un proceso inflamatorio que se produce en el cerebro, causado por distintos factores (bacterias, espiroquetas, virus, parásitos, tóxicos) (6-8).

Y finalmente, la anoxia, que se define como la falta de oxígeno al cerebro por un tiempo mayor del que pueden soportar. El tejido cerebral es capaz de soportar hasta un máximo de 4 ó 5 minutos de anoxia mantenida, una vez sobrepasado este tiempo empezará a provocarse un daño cerebral que será más intenso cuanto mayor sea el tiempo de anoxia sufrido.


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¿Qué secuelas produce?

Independientemente de la etiología, las secuelas nunca serán las mismas en cada caso, siendo cada persona un paciente completamente distinto a otro. Pero hemos de tener en cuenta que estas secuelas, provocarán en mayor o menor medida alteraciones en el desarrollo vital de la persona y repercusiones en su propia calidad de vida y la de su entorno.

Podemos clasificar las secuelas del siguiente modo (6-9):

Físicas, como las alteraciones motoras.

Cognitivas, incluyendo problemas conductuales, en el lenguaje o en la memoria.

Sociales, con dificultades para llevar a cabo las actividades de la vida diaria.

Emocionales, la depresión puede estar presente en uno de cada tres casos de daño cerebral (10).

¿Cómo podemos tratar estas secuelas?

Debido a la variedad de problemas que el DCA provoca necesitamos un equipo multidisciplinar, que tras una correcta evaluación planteará objetivos de tratamiento para mejorar la calidad de vida de la persona.

En muchas ocasiones se pueden utilizar nuevas tecnologías, tanto en su valoración como en el tratamiento, incluyendo dispositivos como Ergotrainer, PABLO de TYROMOTION o Neurotrac Myoplus 4 Pro entre otros. Puedes consultarlos en nuestras instalaciones y medios.

 

BibliografíA

1. Gómez Bernardi L. et al. Logopedia y daño cerebral adquirido. [Internet]. Madrid. FEDACE (Federación de daño cerebral);2007. Disponible en:

2. https://fedace.org/index.php?V_dir=MSC&V_mod=download&f=2016-10/17-19-6-3.admin.5_logopedia_y_DCA.pdf

2. Luna-Lario P et al. Impacto del daño cerebral adquirido en la integración comunitaria: reinserción laboral, discapacidad y dependencia dos años después de la lesión. Rev Neurol, 2016; 62: 539-48.

3. Langton Hewer R, Tennant A. The epidemiology of disabling neurological disorders. Handbook of neurological rehabilitation. Hove: Psycology Press; 2003. p. 3–12.

4. El DCA en cifras. Fedace.org [Internet]. Madrid. Disponible en: https://fedace.org/epidemiologia_dano_cerebral.html

5. Alberdi Odrizola F, et al. Prognosis of the sequels after brain injury. Rev Med Int. 2009;33:171-181.

6. Balmaseda R, Barroso Martín JM, León Carrión J. Déficits neuropsicológicos y conductuales de los trastornos cerebrovasculares. Rev esp neurops. 2002; 4 (4):312-330. 7. León Carrión J. Neurorrehabilitación y neuroterapia del daño cerebral traumático: Guía para familiares, cuidadores y terapeutas. Csic. Madrid, España: Editorial Síntesis, S.A; 2017.

7. León Carrión J. Neurorrehabilitación y neuroterapia del daño cerebral traumático: Guía para familiares, cuidadores y terapeutas. Csic. Madrid, España: Editorial Síntesis, S.A; 2017.

8. Carrión JL. (2006). Daño cerebral: una guía para familias y terapeutas. Madrid, España: Siglo XXI de España Editores; 1994.

9. Ortega Zufiría JM et al. Traumatismo craneoencefálico leve. Surg Neur Int. 2018; (9): 16–28.

10. Espárrago Llorcaa G. et al. Depresión post ictus: una actualización. Rev Neur. 2015;30(1):23-31.