El uso de ocupaciones como eje central para la consecución de la transferencia de aprendizaje de actividades cotidianas.
La transferencia del aprendizaje logrado durante las intervenciones en el entorno clínico a la vida real tiene una importancia crítica en las personas con daño cerebral adquirido. Sin embargo, la complejidad para conseguirlo y la dificultad para medirla hacen necesario el análisis de los factores que podrían mejorar este proceso.
La ocupación como puente entre la clínica y la vida diaria
El propósito principal de este documento, creado por nuestro compañero, Jorge Alegre Ayala, es proporcionar una pequeña guía en la que basarse para tratar de mejorar la transferencia de las habilidades desarrolladas en la clínica a la vida real.
Para ello, las intervenciones basadas en el desempeño de ocupaciones y el empleo de estrategias metacognitivas parecen propiciar efectos muy positivos. Se trata de usar las actividades cotidianas y significativas para la persona como el eje central de la rehabilitación.
Factores clave para optimizar la transferencia del aprendizaje
Para que la rehabilitación sea realmente efectiva, es fundamental cuidar de forma individualizada una serie de elementos. Estos son algunos de los más importantes que tenemos en cuenta en nuestros tratamientos para el daño cerebral:
El contexto de la práctica: Realizar las tareas en múltiples entornos, no solo en la sala de terapia, para que la persona se acostumbre a diferentes situaciones.
La dosis y la intensidad: Ajustar la frecuencia y el esfuerzo de la terapia a las necesidades y capacidades de cada individuo.
La variación de la práctica: Introducir cambios en las actividades para fomentar la adaptabilidad y la capacidad de resolver problemas.
Las instrucciones y el feedback: Ofrecer una guía clara antes de la tarea y una retroalimentación constructiva y útil después.
La adherencia al tratamiento: Asegurar el compromiso y la motivación de la persona con su plan de rehabilitación.
El objetivo finaL
Todas estas acciones deben propiciar un papel activo de la persona con daño cerebral. El objetivo es que pueda monitorizar sus propias actividades cotidianas, detectar errores y establecer soluciones para los problemas que surjan en la vida real.
Junto a ello, la mejora del proceso de evaluación de la transferencia nos permite en CIRON determinar la consecución de los objetivos de una forma mucho más precisa y funcional.